Estoy muy contenta de enseñar para Cincilingua porque creo que es la forma más divertida de aprender un idioma. Conversamos y corregimos los errores del alumno sobre la marcha. La gramática se enseña de forma conversacional. Hay un diálogo constante, no conferencias unidireccionales, por lo que el estudiante sigue participando y UTILIZA el nuevo idioma. También es fascinante conocer la cultura del otro, la historia de nuestros respectivos países, los intereses que compartimos, etc.
Porque el estudiante es utilizando la nueva lengua, su retención es mejor. Empiezan a piense en en la nueva lengua. De este modo, no pierden tiempo intentando traducir mentalmente.
Algunos estudiantes se sienten desafiados por la ausencia de traducción, pero a medida que progresan aprecian el poder que están ganando para pensar y conversar en la lengua meta como un nativo.