Es frustrante, ¿verdad? Sobre todo cuando crees que has completado todos los cursos que necesitabas. Por alguna razón, un comentario casual, un breve saludo o una observación humorística te dejan perplejo. Te da vergüenza pedirle al individuo que repita lo que ha dicho.
A menudo nos preguntan cuánto tiempo se tarda en "captar" los significados en tiempo real, en sentirse cómodo y en responder adecuadamente en un periodo de tiempo socialmente aceptable.
La respuesta a esta pregunta puede ser enloquecedora: depende.
Si piensa en sus años de primaria, puede ser fácil evocar imágenes de intentar aprender una lección específica, por ejemplo, las reglas de silabeo en su lengua materna, o cuándo poner "x" a cero para resolver una ecuación. Muchos de nosotros podemos nombrar más rápido a los siete enanitos de "Blancanieves", ¿y cuántas veces has leído "Blancanieves" o visto la película?
Sabemos que cuando eres "bueno" en algo, recibes elogios, desarrollas confianza e incluso buscas activamente oportunidades para demostrar tus habilidades. Sin duda, tus profesores te animaron. Las endorfinas fluyen libremente.
Por el contrario, cuando se le plantean asignaturas más "sombrías", por ejemplo, economía o un idioma extranjero, la amígdala envía la señal de "lucha o huida". Te cierras para protegerte, esta vez sin endorfinas. Tu capacidad para procesar cualquier cosa que no sea lo más obvio parece haberte abandonado.
Tu estado de ánimo altera definitivamente tu receptividad. Esta es una de las primeras reglas y sugerencias para aprender un idioma. Si te pones en el "estado de ánimo" adecuado, te resultará más fácil. Es muy gratificante cuando puedes entender realmente lo que dice alguien sin tener que dedicar tiempo a traducirlo. Abrirás las puertas de las endorfinas, y ese es el estímulo que buscabas y que acortará el tiempo que te lleve no importa lo rápido que hablen.